¿Os acordáis de que en una entrada dije que tenía un proyecto y que volvía con más ganas? ¡Pues ya lo he empezado! Se trata de una novela que he empezado en Wattpad. Esa maravillosa app donde la gente sube historias.
Os dejo la sinopsis y el 1r capítulo. No seáis muy duros. Tengo 14 años y estoy empezando.
SINOPSIS
Aurora Mountrachet aún no tiene claro como ha llegado a ese internado en Inglaterra, tan lejos de su ciudad natal, Malibú. Bueno, en realidad sí lo sabe. Sus padres ya no la aguantan más. Está muy lejos de ser lo que ellos quieren; una dama. El único problema es que es engreída, liante y muy muy problemática.
Lo que no se espera ella es que tendrá complicaciones, muchas complicaciones.
1R CAPÍTULO:
¿¡SOY UNA FRESA!? y ¡ESTÁS ENFERMO!
Me levanté de la cómoda silla, colgué la mochila de mi hombro y me dispuse a salir del avión. Recogí mi maleta de la cinta transportadora y me dirigí al hombre que sujetaba un cartel con mi apellido. Subí en el coche negro que me iba a transportar a mi nueva vida; un internado en el que iban a enderezarme, tal y como dijo mi madre.
Al cabo de un rato el coche se paró, miré por la ventana y mi boca se abrió de par en par. El internado era enorme, de más de cinco plantas y un jardín en el centro.
Me apeé y miré a la señora que estaba hablando con el chófer. Era una mujer de mediana edad con el pelo recogido en una coleta tibante. Me estaba observando.
- Señorita Mountrachet, le doy la bienvenida al internado Corall. Donde os enseñamos a respetaros y a convertiros en verdaderos caballeros y damas. - Recitó de una tirada - Ahora la acompañaré a su habitación compartida. Mañana pasará la secretaria a entregarle su uniforme, que por lo que deduzco, será de talla S. Pasado mañana empezarán las lecciones. Le rogamos máxima puntualidad en cada una de ellas, o será castigada. ¿Está claro?
- Espere... ¿Uniforme? - pregunté incrédula. Mamá no me había comentado nada de eso.
- Sí señorita, de lunes a viernes es obligatorio su uso. Pero los fines de semana es opcional. - De repente se paró y me tendió unas llaves. - Ya hemos llegado. Mañana la vendrán a buscar para una visita guiada por el campus. Su equipaje ya ha sido subido y dejado en su cuarto.
Dicho esto se marchó, dejándome sola y asustada delante de esa puerta de madera oscura. Con un suspiro introducí la llave en la cerradura y abrí. En la estancia se encontraban dos chicas tumbadas de cualquier manera viendo un programa de televisión. Al oír el ruido de la puerta, se giraron y se me quedaron mirando con la boca abierta.
- ¡No! ¡Tenemos a una pija! - gritó una de ellas.
- ¡Maldición! ¡Maldición! ¡No quiero a una fresa! - gimoteó la otra.
Me bajé las gafas de sola y me las quedé mirando incrédula. Sonreí y me las volví a subir.
- ¡Holis amiguis! ¿Qué tal estais, amigas? Uy qué pelo tan bonito, ¿qué acondicionador usas? ¿Me lo dejarás? ¡Vamos a ser mejores amigas! - deje ir con una voz muy chillona mientras gesticulaba exageradamente con las manos.
- ¡No! ¡Ni de coña! - chillaron ambas, se miraron y aclararon - Mañana mismo vamos a administración a que nos cambien de habitación.
No pude aguantar más y me puse a reír como una loca. Ellas pararon de lamentarse y me miraron. Me quité las gafas y explique todo.
- No soy una fresa, sólo soy Aurora, una chica normal y corriente.
- ¿Tú? ¡Já! Pero mírate, vas vestida como una de ellas.
- ¿Esto? - señalé la chaqueta de piel de zorro y me la saqué - Mi madre me ha obligado a ponérmela.
De la mochila saqué la chaqueta tejana oversize y me la puse.
Las otras dos se miraron y suspiraron aliviadas.
-Así que... ¿Aurora?
- Ajá, Aurora Mountrachet.
- Bienvenida al paraíso, llamado habitación, ya que el exterior es una prisión.
- Buena rima hermana. Somos Margo y Anastasia. Y somos mellizas.
********
Después de desempaquetar mis maletas cogí una toalla y mi pijama y salí del cuarto. Esas dos seguían en la misma postura en la que las había dejado hacia una hora. Me siguieron con la mirada mientras cruzaba el salón y me preguntaron lo obvio.
- ¿Te vas a duchar ahora? - asentí - ¡Pero si son las doce de la noche, loca!
Abrí la puerta.
- Antes de salir has de saber algo, los baños son... - la corté cerrando la puerta.
Seguí las indicaciones que estaban colgadas de la pared hasta llegar a un cuarto con baldosas en el suelo y lleno de compartimentos, que supuse que eran las duchas. Me metí en uno de ellos y empecé a esparcirme el champú por el cuero cabelludo. Lo lavé. Cogí la botella de gel y lo puse boca abajo, viendo como una pequeña gota se deslizaba por el borde.
- Mira que eres estúpida Aurora, te vas de casa y se te ocurre llevarte ropa, que por cierto no usaras, pero si te llevas un bote de gel vacío, ¿no? - me reproché a mi misma.
Con un suspiro de resignación pateé el bote y salí de la ducha. Un silbido se hizo oír. Immediatamente llevé mis manos a mi pechos para taparlos. Pero me di cuenta de que seguía estando destapada. Cogí mi toalla y me enrollé en ella. En esos momentos estaba más roja que un tomate cherry.
- ¿Qué haces tan sola preciosa? - ronroneó ese tipo.
Era alto y fornido. Tenía el pelo castaño rapado y unos ojos verdes que me miraban intensamente. Iba enrollado con una toalla de cintura para abajo.
- En serio hacía tiempo que no veía salir a una chica desnuda de esas duchas. Supongo que tienes autoestima. - me pegó otro repaso - Y no me extraña... ¡Vaya cuerpo! Estas para cojerte y...
- ¡Estás enfermo! - le lancé mi botella de champú a la cabeza y me fui corriendo como si mi vida dependiera de ello.
Aporreé la puerta de mi habitación hasta que una Margo muy dormida me abrió. La empujé con una mano mientras con la otra sujetaba mi toalla.
- ¡Sois malas! ¿Tanto costaba decirme que los baños eran mixtos? Me he encontrado con un chico que me violaba con la mirada, ¿sabéis lo incómodo de esa situación? Y más cuando antes de tu magistral huida le lanzas tu bote de champú en toda la cara. Que por cierto, espero no habérsela estropeado. Era mono.
En esos momento las dos se doblaron y estallaron en carcajadas.
- ¿Qué es tan gracioso?
- ¿En serio no se te ocurrió otra cosa que no fuera el champú? - preguntó Margo - De cualquier modo, te hemos intentado avisar.
- No es verdad - repliqué.
-Sí lo es - repuso Margo
- No
- Sí
- No
- Sí
- ¡Ya basta! - explotó Anastasia - Las dos a dormir. Aurora, recupera tu dignidad perdida mientras duermes. Y tú Margo, para de reír, que tú tampoco eres tan diferente, tú lanzaste tu peine desde el balcón a un tipo que pasaba por la calle. Ahora sin repliques. ¡A la cama!
Me quedé atónita pero no dije nada. Me fui a mi cuarto y me tumbé en la cama para quedarme dormida casi al instante.
¡Maldito jet lag!
Mucha suerte con tu proyecto :D
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